China impuso el lunes restricciones a internet en la capital de la región del noroeste de China de Xinjiang, con la esperanza de detener el flujo de información sobre disturbios étnicos que han causado 140 muertos.
El Gobierno ha acusado a separatistas musulmanes exiliados de los disturbios del domingo en Urumqi, los más mortíferos desde la represión militar de 1989 a las manifestaciones prodemocracia en la plaza de Tiananmen.
Algunos residentes en Urumqi, capital regional de Xinjiang, dijeron que les habían dicho que no habría acceso a internet durante 48 horas.
“Desde ayer por la noche no he podido entrar en internet”, dijo el propietario de una tienda, Han Zhenyu, a Reuters por teléfono.
“No hay internet aquí. Los amigos dicen que tampoco se pueden conectar”, dijo un vendedor de teléfonos móviles que sólo dio su apellido, Zhang.
Las páginas web de la ciudad de Urumqi y el Gobierno regional de Xinjiang también estaban caídas.
Sin embargo, el Gobierno parece haber tirado la red aún más lejos, ya que usuarios de la capital Pekín y el centro financiero de Shanghái se quejaron de que la red social Twitter también ha sido bloqueada.
Fanfou.com, un competidor doméstico de Twitter, aún era accesible, aunque búsquedas de palabras clave como “Urumqi”, “Xinjiang” y “Uighur” no daban resultados
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